domingo, 1 de enero de 2012

Blancanieves, ¿una Princesa o una Condesa Alemana?


Primera versión

Tras diecisiete años de investigaciones, un grupo de estudiosos alemanes llegaron a la conclusión de que Blancanieves y sus siete enanitos no es un simple cuento como siempre hemos creído.
Maria Sofía Margarita Catalina Von Erthal nacida el 15 de junio de 1729, hija del príncipe Philipp Cristoph Von Erthal y Eva Maria, de Soltera Bettendorf. Su castillo es hoy un museo, tres siglos después de que lo ocuparan los príncipes y su bella Blancanieves, Maria Sofía, una de las principales atracciones del castillo es la estancia del espejo parlante, de quien dice Paolo Valentino (en Corriere Della Sera), se trataría de “un refinado juguete acústico muy en boga en la época, fabricado precisamente en Lohr, ciudad que se hizo celebre en Europa por la manufactura de espejos y cristales”. Aegura Paolo Valentino que, aun hoy el espejo de Blancanieves repite cada palabra que quien le habla mirándole. Dicho espejo mágico – asegura el investigador bávaro – era un sofisticado juguete propiedad del príncipe, y posteriormente entregado en regalo a su segunda mujer, Claudia Isabel Von Reichenstein, la madrastra de la heroína del cuento de los hermanos Grimm.
Esa segunda esposa, y sus siempre difíciles relaciones con Maria Sofía, completarían el rompecabezas: de ahí la leyenda de la princesa envidiosa, la madrastra malvada. Pero quizá la historia real de Blancanieves supera al cuento, porque va y resulta que la bella Blancanieves (Maria Sofía) tuvo una infancia desgraciada, reducida casi a la ceguera tras enfermar de varicela. Y de esa misma fatalidad, unida a su belleza y a su solidaridad con los aldeanos, cimentó la leyenda de la princesa bondadosa e infeliz, haciendo, por contraste, mucho más perversa de lo que pudo serlo a la madrastra.
Los siete enanitos del cuento quizá tampoco son del todo puro cuento: el trabajo en las angostas minas de cobre y plata de la vecina ciudad de Bieber exigia trabajadores de corta estatura y que solían endosar capuchones y prendas de vivos colores para facilitar su identificación en caso de derrumbes e incidentes, por lo demás tan habituales en las minas.

Segunda versión

Según el historiador alemán Eckhard Sander, Blancanieves era una joven condesa que se llamaba Margarethe Von Waldek que vivió en Alemania en la primera mitad del siglo XVI, en la misma época en la que el entonces príncipe Felipe II viajaba por esta zona del continente europeo para conocer los límites de su futuro reino y dicen también que buscando mujeres que satisficieran su deseo.
Margarethe era una joven de una belleza extraordinaria que murió envenenada por intrigantes de la corte del imperio, que evitaron así que se casara con el rey Felipe II de España.
Lo único que se quedo como cabo suelto debido a que Sander no explica es si el envenenamiento se produjo con una manzana, como se dice en el cuento, o se utilizó algún que otro brebaje.
Cuentan que el rey español, de facciones nobles, ojos azules y pelo rubio, era un joven introvertido al que casaron a una edad muy temprana con su prima María de Portugal, una joven que murió de parto poco después. Posteriormente, y por motivos políticos, su padre, el rey Carlos V, le obligó a contraer matrimonio con una tía suya once años mayor que él.
Fue entonces cuando Felipe II, hombre inteligente y aficionado a la belleza, tuviera una apasionada «historia de amor» con la condesa alemana, pero que fue truncada por intereses «políticos». Es un hecho real que tras viajar en su juventud por Flandes y Alemania, volvió a la península y no volvió a salir de ella, lo que de alguna forma demuestra que es una fantasía que reviviera a la princesa con un beso.
Los siete enanitos de la famosa historia también existieron, según Sander. El historiador afirma que todos eran niños desnutridos y envejecidos que trabajaban en las minas de hierro de las propiedades de los Von Waldek. Debido a su pobreza, vestían largos abrigos y gorros muy parecidos a los que siempre nos describieron o vimos en la película. Sander dice también que a la condesa le gustaba jugar con estos niños de rostro envejecido por culpa del trabajo, lo que hacía que parecieran enanos.

Mas por conocer….

Ahora busquemos un poco en la historia que crearon los famosos hermanos Jacob y Wilhelm Grima, Blancanieves no fue el primer nombre literario de esta princesa. El “Pentamerote” contiene un cuento en el que una hermosa niña de siete años, llamada Lisa, cae sin sentido al clavarse un peine entre sus cabellos. Depositada en un sarcófago de cristal (como Blancanieves), Lisa sigue creciendo (como Blancanieves, que también cuenta siete años al ser abandonada) y se hace cada día más hermosa. Una pariente, envidiosa de la belleza de lisa, jura acabar con ella (tal como la reina celosa decide matar a Blancanieves), y con este propósito abre el sarcófago. Pero al arrastrar a lisa por los cabellos, se desprende la peineta y la bella muchacha vuelve a la vida.
Según el presidente de la sociedad europea de cuentos, Heinrich Dickerhoff, la verdadera villana en la primera versión de Blancanieves era su madre biológica y no su madrastra, como precisó durante el congreso internacional que reunió a cerca de 400 filólogos, cuentistas e investigadores de este género en la ciudad alemana de Postdam. Según Dickerhoff, en la primera edición del cuento, titulado “la pequeña Blancanieves”, y publicado en 1812, la madre de la heroína desea tener una niña “blanca como la nieve”, su deseo se vuelve realidad, pero cuando su hijita se convierte en rival de su belleza y el espejo mágico declara que Blancanieves es mil veces más hermosa que la reina, los celos la consumen y ordena una espantosa muerte para su propia hija. Como para la sociedad europea de principios del siglo XIX la idea de una madre malvada y asesina no era aceptable, por lo que los hermanos Grimm, que nos trajeron hasta nuestros días ese cuento, decidieron autocensurarse y “reconvertir” la figura de la mala de la historia. En la versión de 1857, la hermosa y bondadosa reina muere en el segundo párrafo después del nacimiento de Blancanieves y su padre se casa de nuevo, dando paso a la figura legendaria de la madrastra que todos conocemos.
Pero en esta versión original no solo la madre mata a la hija, sino que lo hace de una manera digna de Lecter. La reina no sólo ordena la muerte de Blancanieves, sino que exige además que, como prueba, le presenten el corazón de la víctima. En el cuento alemán, la reina, creyendo que el corazón que le presenta el cazador es el de Blancanieves (en realidad pertenece a un jabalí) lo sala y llega a comérselo. Y en el cuento original la reina es obligada, al final, a calzarse unos zapatos de hierro al rojo vivo: presa de un espantoso frenesí, baila hasta morir.

En la actualidad, se han realizado documentales, basados en las investigaciones que se han venido realizando por años, a manera de una “arqueología del cuento popular”, se recogen datos, hechos históricos de lo que pudo ser el antecedente para un determinado cuento popular, es muy interesante el poder determinar las verdaderas historias de los famosos cuentos trasmitidos por generaciones y que se transformaron en parte de nuestra cultura.

Fuente: http://www.leergratis.com/cuentos/blancanieves-una-princesa-o-una-condesa-alemana.html

sábado, 31 de diciembre de 2011

Hablando de esto y lo otro...

No existe ser más despreciable y desechable que aquél que pone el pie sobre la cabeza del caído, del arrepentido, del vulnerable, del asustado, del que saca la banderita blanca. He dicho.

martes, 27 de diciembre de 2011

"¡Ah, sí, sí el té, una taza! ¡Tomarás un poco de té!"

Es lo único que necesito hacer en todo el día, sólo eso, beber té, citando a la desequilibrada liebre de marzo, hay que seguir los consejos de los locos, en realidad ellos son los que tienen razón (no la-razón, sino, simplemente razón, sólo los tontos tienen la-razón).

Beneficios del Té Verde

viernes, 23 de diciembre de 2011

Bienvenidos

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Este es un espacio dedicado a mi real perfil, no al perfil social que siempre muestro por conveniencia, ni al perfil 'agradable' que tengo que exhibir para seguir siendo un animal social, sino al perfil de las cosas que necesariamente pienso y siento, no quiero que llegue gente conocida a este lugar, ni gente que de alguna forma pueda juzgarme y decirme que lo que estoy dejando acá está mal y que yo estoy mal y que necesito cambiar, sino gente que me diga lo que se les antoje, pero que no importe, pues no me conocen. Bienvenidos, pues, a esos desconocidos.